Enterrados en el cielo: un magnífico libro sobre el desastre del K2

K2 Enterrados en el cielo

¿Por qué algunos se juegan el pellejo coronando una montaña, navegando en travesías casi imposibles, descendiendo por un río turbulento o saltando desde un avión? Para los que no sentimos esa llamada, es algo realmente difícil de entender. Aquellos que sí la escuchan saben que no tienen una respuesta que se pueda codificar en palabras para estas cuestiones. La llamada es una emoción. Debo reconocer que este es uno de los artículos que he escrito para Cultur Plaza que más me gustan. Tal vez porque tengo a un amigo ahora por allá, bien lejos, en los Annapurnas. O tal vez porque este libro, K2 Enterrados en el cielo, de Capitan Swing, es una auténtica maravilla. Quizás sea la mezcla de todo lo anterior, junto al trato que se da en esta obra a los sherpas. En cualquier caso, lo comparto aquí por si os interesa leerlo. Empieza así:

‘En la cordillera del Karakórum, en una sección del Himalaya localizada en la frontera entre China y Pakistán, se erige un monumento a la aventura y a la muerte con forma de colmillo de tiburón. Su nombre original, Chogori, significa Puerta de entrada al cielo. En la actualidad, la mayoría lo conocemos por otra manera de referirse a él mucho más aséptica, una que parece la denominación de un arma: K2. Este pico, solo 237 metros menor que el mucho más visitado Everest, es una de las cumbres más peligrosas de aquellas que tocan el cielo en nuestro planeta; contemplar el mundo desde su cima y descender para contarlo es una meta en cuya consecución se han perdido muchas vidas. Sacrificios de sangre a antiguas deidades que habitan en las montañas y no toleran la presencia de desconocidos.

El K2 se elevó desde el mar tras la colisión de la placa continental india contra Eurasia durante un periodo de extinción masiva; ahora parece como si toda aquella violencia geológica y biológica que se daba entonces a su alrededor hubiera dejado una huella en su carácter en forma de maldición. En agosto de 2008, once escaladores no pudieron volver de la también conocida como Montaña salvaje. Formaban parte de distintas expediciones y países. Habían convergido allí con el fin de coronar el ochomil, pero un cúmulo de situaciones adversas y malas decisiones acabaron provocando un desastre en la llamada Zona de la muerte, esa región de altitud extrema a la que ningún ser humano por experimentado que sea puede adaptarse, y en la cual hay que pasar el menor tiempo posible’.

Puedes leerlo en su hábitat original haciendo clic aquí, o en la imagen.

Nueve cosas que probablemente no sabías sobre los autónomos y que te sorprenderán

Autónomos 2015 novedades

Pese a abundar en nuestras sociedades, la supervivencia para los autónomos no es una tarea sencilla. A continuación, algunos datos que probablemente desconozcas sobre ellos y ellas.

1. Lo que se creía un sacrificio primitivo, periódico y abominable, consagrado a alguna deidad cruel, es en realidad la cuota que pagan religiosamente mes a mes y que es parte esencial de su identidad.

2. Caprichosos por naturaleza, a los autónomos les gusta cobrar. Algunos van todavía más allá y se obcecan en querer cobrar a tiempo.

3. Aunque probablemente hayas oído lo contrario, los autónomos necesitan comer.

4. Habiendo perdido el pelaje que recubría sus cuerpos en estadios evolutivos anteriores, a la mayoría ahora no les queda más remedio que hacer uso de la calefacción en invierno, aunque las compañías eléctricas sigan manteniendo que esta es una creencia popular sin rigor científico. Este fenómeno afecta de igual manera a otros colectivos amenazados tales como parados de larga duración, inmigrantes ilegales o jóvenes recién licenciados, entre otras muchos.

5. No es cierto que los autónomos carezcan de patrones migratorios, pero son residuales, vestigios de épocas y vacaciones pretéritas que ya nadie recuerda.

6. Pese a que era una de las teorías con más peso para explicar finalmente el descanso de los autónomos, todavía no se ha podido demostrar que efectivamente sean capaces de dormir con un hemisferio del cerebro despierto, del mismo modo que los delfines o las ballenas. Los resultados de las últimas investigaciones apuntan a que más que dormir, los autónomos caen en letargos breves y poco profundos que les permiten atender una llamada con balbuceos más o menos comprensibles a cualquier hora del día o la noche.

7. El sistema inmunológico de los autónomos no es especialmente efectivo, ni su forma física envidiable. Sin embargo, parecen haber desarrollado cierto mecanismo de zombificación temporal único mediante el cual pueden seguir cumpliendo con sus obligaciones hasta reponerse de la enfermedad o la lesión.

8. Expertos en el comportamiento de los autónomos afirman que la ingesta compulsiva de café es un hábito desarrollado como consecuencia de un sistema de sueño práctico aunque ineficiente. Tampoco se descarta que pueda ser un catalizador del proceso descrito en el punto siete.

9. De seguir en las condiciones actuales, los autónomos están abocados a la extinción, pasando en un futuro próximo a compartir diorama en museos con el dodo o el gamusino.

La asombrosa aventura del Graf Zeppelin

Graf Zeppelin

Deutschland über alles! No ha habido máquinas más bellas que los dirigibles. Antes del Hindenburg, surcaban el cielo como brillantes ballenas de aluminio, incluso daban la vuelta al mundo, como se cuenta en esta novela de Macadán Libros de la que hablo en Cultur Plaza. Parece ficción steampunk, pero es todo real. Existieron, aunque ahora cueste imaginarlo. El Graf Zeppelin incluso dio la vuelta al mundo. Adjunto un fragmento del artículo, que puedes leer entero haciendo clic aquí.

‘Alemania parece una nación imposible de hundir del todo; aquellos que ven pasar la gigantesca nave no pueden más que reconocerlo con sus gritos de euforia. Ni siquiera una guerra devastadora y su posterior ruina. El poderío germano flota ahora sobre sus cabezas repleto de hidrógeno, Blaugas y orgullo. El Graf Zeppelin está intentando llevar a cabo el más difícil todavía: pretende dar la vuelta al mundo, realizar la primera circunnavegación aérea con una nave de pasajeros.

Pero no solo eso, además, va a batir otros récords, como ser protagonista de la primera travesía aérea del Pacífico. Hay una expectación enorme. El mundo tiene la vista puesta en el dirigible, que se desplaza refulgiendo como una ballena de aluminio; Alemania, por su parte, necesita que la aventura llegue a buen puerto para superar lo efectos nacional-psicológicos de su derrota en la Primera Guerra Mundial. Nada debe fallar’.

Kanikosen, revolución a bordo del pesquero

Kanikosen el pesquero.

Hacía ya bastante que quería escribir sobre este maravilloso libro. Kanikosen, el clásico de la literatura libertaria japonesa escrito por Takiji Kobayashi allá por 1929, narra las calamidades de los cuatrocientos trabajadores que a bordo del Hakko Maru, tratan de ganar unos míseros yenes que les permitan, si no vivir, sobrevivir. Sin embargo, este objetivo, sobrevivir, se convertirá en algo realmente difícil de alcanzar precisamente allí, en el barco, donde el patrón, la inmundicia o las tormentas, los llevarán más allá del límite.

‘Sake, sake, sake. Madres despidiendo a sus hijos de catorce y quince años, que son el blanco de bromas de alto contenido sexual por parte de los pescadores con los que convivirán durante meses. Barcos de vapor, boyas, vendedoras ambulantes, lanchas desplazándose de barco a barco como chinches o piojos. Hollín por todas partes, trozos de pan flotando en el agua. Un nauseabundo aroma a fruta podrida. Más sake. La tripulación del Hakko Maru, un barco conservero de cangrejos que es más una oxidada factoría flotante que una embarcación en condiciones, es una auténtica colección de miserias: jornaleros-pescadores arruinados, exmineros con los pulmones destrozados, campesinos a los que robaron sus tierras, estudiantes asfixiados por las deudas contraídas con el Estado. Nadie parece querer estar allí, pero lo que es seguro, es que nadie dispone de muchas más opciones. «Vamos hacia el infierno», dice alguien. Se equivoca. El infierno sería mejor.

La vida de los más de cuatrocientos trabajadores del Hakko Maru vale menos que una lata de cangrejo de las que procesan a diario. Corren los años veinte y la pesca de este crustáceo es enormemente lucrativa para algunos, que no son precisamente quienes faenan hasta la extenuación en el peligroso y helado mar de Kamchatka. Los yenes van a parar a los bolsillos de directivos bien alimentados, directivos que hacen recuento de sus beneficios en Marunouchi, en el centro mismo de Tokio, mientras los desgraciados que sacan a los cangrejos de las redes van deshaciéndose por dentro y por fuera a causa del beriberi, el frío, los accidentes habituales o las palizas constantes del patrón’.

Puedes leer el artículo en su medio original aquí.

La mente según Oliver Sacks: siete lecciones

Siete lecciones de Oliver Sacks

‘El hombre que confundió a su mujer con un sombrero’ fue solo uno de sus muchos pacientes con historias increíbles. Oliver Sacks supo tratarlos a todos con cariño y empatía, y legarnos lo que aprendió de ellos en sus maravillosos libros. Ahora que ha fallecido, hablo de lo que nos ha enseñado, en Cultur Plaza. Aquí tienes un fragmento del artículo; si quieres leerlo en su hábitat original, puedes hacer clic aquí o en la imagen arriba.

Si en Migraña se adentraba en los desconocidos orígenes de esta dolencia, en Un antropólogo en Marte nos relataba el caso de un pintor que tras un accidente ya no veía el color, o el de un cirujano cuyos constantes tics solo remitían al operar. En Con una sola pierna nos narraba su propia experiencia al dejar de sentir como propia una extremidad; Veo una voz nos ayudó a comprender el mundo de silencio de aquellos nacidos sin el sentido del oído.

Especialmente célebres son sus obras Despertares, la extraordinaria historia de veinte pacientes afectados de encefalitis letárgica que despertaron súbitamente cuarenta años más tarde gracias a una droga administrada por Sacks; o El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, en la que se exponen dos decenas de casos de individuos con graves y extraños trastornos de la percepción, como el que hace que un hombre, efectivamente, experimente la confusión que da título al libro.

La furia de Théroigne de Méricourt

La Furia, de La Felguera.

¿Sabías que para la RAE, ‘femenino’ es sinónimo de ‘débil, endeble’? Pues bien, Théroigne de Méricourt cogería esa definición y al académico de turno y le haría cosas malas con una guillotina. Machete directamente desde la Revolución francesa. Mi nuevo artículo para Cultur Plaza habla sobre el valor de aquellas mujeres que no aceptaron el machismo paternalista de sus compañeros revolucionarios, esas que hoy serían llamadas ‘feminazis’. Otro libro fantástico de La Felguera Editores. A continuación tienes un fragmento del artículo, si te interesa leerlo entero, haz clic aquí o en la imagen arriba.

Nuestro idioma, como tantos, está lleno de tumores que todavía no hemos sabido extirpar. Algunos de ellos pasan desapercibidos, juegan con la ambigüedad y se camuflan, se revisten de ingenuidad o de naturalidad. De tradición. Pero otros se muestran sin pudor, casi orgullosos de su visibilidad infecciosa. Sin ir más lejos, a día de hoy, en septiembre de 2015, la búsqueda del significado oficial de un término tan elemental como ‘femenino’ devuelve varias acepciones, siendo la sexta ‘débil, endeble’. Por supuesto, ‘masculino’ significa -entre otras cosas- ‘varonil, enérgico’. Esto, compartiendo realidad con campañas contra la discriminación y el maltrato. Jugando en su contra. Obstaculizando cualquier iniciativa por curar o destruir ese machismo que mata tan a menudo. Porque el machismo no es lo contrario del feminismo como tristemente creen algunos. El machismo es violencia. El feminismo es igualdad. Así que machete al machote, aunque sea académico -y el machete, metafórico-.

Alguno de esos que insisten en mantener lo de ‘débil, endeble’ debería viajar al pasado, en concreto, a la Revolución francesa en que se encuadra la vida de la revolucionaria Théroigne de Méricourt, y decirle a la cara a esta mujer -en la que supuestamente se inspiró Delacroix para su Libertad guiando al pueblo-, con tono paternalista, que tenga cuidado con la pica, no vaya a hacerse daño. Suerte tendrá si conserva la cabeza pegada al cuerpo al terminar con la condescendencia.