🦠 The Lost Okoroshi, peliculón

¿Sabes esa sensación cuando has encontrado algo que era justo, justo lo que buscabas, aunque no supieses que lo buscabas? THE LOST OKOROSHI: esta película nigeriana es una síntesis de todo lo que me puede fascinar en el cine ahora mismo -y no solo en el cine-. Una especie de comedia en la que un tipo de pueblo que trabaja de guarda de seguridad en unas oficinas de Lagos tiene un sueño recurrente en el que unos espíritus enmascarados se le aparecen, hasta que un buen día despierta convertido en uno de esos espíritus ancestrales, el Okoroshi.

Es una experiencia cinematográfica que no se puede explicar con palabras: los colores, los tonos pastel, el ritmo, la fotografía, la música de sintetizador afrofuturista de serie B, el peculiar sentido del humor, los bailes chamánicos, los trajes, la idea final. EL CARTEL. Abba T. Makama, qué feliz me has hecho.

🦠 La tecnología 5G y el coronavirus

Es demencial: hay gente convencida de que la tecnología 5G es la causante de la pandemia. Todo viene de un vídeo en el que un «médico holístico» de nombre Thomas Cowan, «explica» que «los virus son la excreción de una célula intoxicada». Ni corto ni perezoso asegura que esta intoxicación de las células es culpa de un «salto cuántico» en la electrificación de la Tierra [no hay concepto más pervertido que cuántico. Si quieres que cualquier delirio suene serio, di que es cuántico]. El tipo afirma que las pandemias siempre ocurren así, y pone de ejemplo la de 1918, que según él, guardaría relación con la generación artificial de las ondas de radio, aunque como ya le han contado, la emisión generalizada a la que se refiere comenzó en 1920 (y por supuesto las ondas de radio ya existían, no las hemos inventado los humanos). Que antes de que empezásemos a emitir ya hubiese pandemias tampoco tiene relevancia para él. A Cowan no le importa que los datos que ofrece para apoyar sus fantasías sean erróneos. A quien le cree a ciegas tampoco. Que la prosaica realidad no te estropee una divertida historia.

Lo peor de todo es que según reportan desde Reino Unido, ya han ardido varios repetidores 5G, y se sospecha que han sido ataques motivados por las tonterías de Cowan. No solo eso: el alcalde de Liverpool ha sufrido amenazas relacionados con la «teoría», igual que trabajadores que se encargan de instalar los repetidores.

Cuando esta moda caduque, sus defensores se olvidarán y pasarán a otra cosa que propagarán haciendo uso de esa tecnología 5G, 6G o la que haya cuando vuelvan a las andadas. Y luego nos sorprendemos de que Bolsonaro llegue a presidente.[Adjunto unos enlaces para que juzguéis vosotros mismos (el de La Razón, que lo explica de maravilla, incluye el vídeo de las Revelaciones)].

📡 La extraña teoría de vincula el 5G con el coronavirus [La Razón]
📡 UK phone masts attacked amid 5G-coronavirus conspiracy theory [The Guardian]
📡 Celebrities criticized for ‘fanning flames’ of 5G coronavirus conspiracy theories after reports of phone masts set on fire [Independent]

🦠 La cúpula militar deja sin poder real a Bolsonaro

A Bolsonaro le quedan dos días en el Gobierno: según el medio digital castrense DefesaNet, el general Braga Netto ha sido nombrado Jefe del Estado Mayor del Gobierno con el objetivo de coordinar las acciones del Gobierno Federal incluso si ello «contradice las declaraciones del presidente Bolsonaro». Se refieren a él como «presidente operacional«.

Bolsonaro, que sigue negando la peligrosidad del virus, que dice que dios es brasileño y que esa es la cura, que asegura que un brasileño no se contagia porque es capaz de bucear en una alcantarilla y que no le pase nada, que convocó para ayer la que debía ser la mayor campaña de ayuno religioso y oración de la historia de Brasil como medida estrella, ha superado en la liga de los delirios y de la arrogancia incluso a Trump y a Boris Johnson. Ahora las Fuerzas Armadas del país, que por otra parte siempre han sostenido que la de la COVID-19 era la mayor amenaza a la que se ha enfrentado jamás Brasil, le han movido la silla a este capitán retirado que vive en una alucinación mientras en su país los líderes indígenas bloquean los accesos a las aldeas remotas para aislarlas de un contagio que las haría desaparecer, los narcos establecen toques de queda en las favelas por miedo al virus, y la curva crece directa a la catástrofe.

Jair Messias Bolsonaro -se llama así- ha creído que su nombre le daba poderes divinos, pero si la cosa sigue como parece, va a acabar de bruces con la realidad más terrenal. Es tiempo de mesías y de salvadores caníbales. Hay que ir con ojo.

🦠 El misterio de la isla de Tökland (y la trampa de la inspiración)

Me acaba de volar la cabeza muy fuerte. Hoy, Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, me ha venido a la mente Joan Manuel Gisbert, autor a quien leímos en el colegio e incluso pudimos conocer allí mismo: recuerdo lo mucho que me impresionó ver a un escritor en persona por primera vez. Habíamos leído El misterio de la isla de Tökland, y me había encantado. Más que eso: me había abierto las puertas a un tipo de historias que yo no conocía. 

El caso es que he buscado de qué iba la novela -habrán pasado unos veinte años de aquello- y me he quedado bastante estupefacto con lo tramposa que puede llegar a ser la inspiración: hace un tiempo apunté una idea para un relato relacionada con un millonario y filántropo armenio refugiado en una isla a la que acude un periodista para participar en cierta cosa. Esto que sigue es la sinopsis de El misterio de la isla de Tökland: un excéntrico millonario llamado Anastase Kazatzkian ha construido un prodigioso laberinto en una isla perdida en el Índico, a la que acude un periodista para resolver el enigma. En fin. Cualquier parecido con la coincidencia es pura realidad.

Ahora me doy cuenta de que el universo gisbertiano -con sus Leyendas del planeta Thámyris, El museo de los sueños o El misterio de la mujer autómata- me marcó profundamente, tan profundo que no había reparado en ello, pero sus ideas han permanecido escondidas en el fondo de mi forma de escribir y de leer. Joan Manuel Gisbert es un escritor del club de Borges, de Cunqueiro, de Gárgoris y Habidis. Voy a volver a leerme sus libros que ya leí, y en cuanto pueda, a hacerme con todos los demás que ha publicado: más de sesenta. Voy a completar mi Biblioteca Gisbert. Es lo mínimo. 

🦠 No tenemos la mejor sanidad del mundo

Tengo comprobado -también en mis carnes- que lo que uno cree que es y lo define -soy muy exigente, tengo mucho carácter y todo eso- muchas veces tiene poco que ver con cómo es en realidad. Con las naciones pasa lo mismo: un anuncio de La Sexta habla del humor que nos caracteriza y no sé si el resto del mundo piensa que a un español lo caracteriza el humor, la verdad. Desde aquí dentro yo tampoco estoy muy seguro. Pasa lo mismo con ese mantra de «el mejor sistema sanitario del mundo»: el drama de los sanitarios vestidos con bolsas de basura no parece acompañar ese golpe en el pecho tan recurrente.

La verdad es que los informes de referencia no dicen eso. De hecho no aparecemos entre los primeros en ninguno de ellos -sí somos los primeros en trasplantes-. Que está bien dar ánimo a los profesionales que se la están jugando, pero no nos engañemos, que el autoengaño hace daño y nos impide mejorar.

🦠 El suicidio de Thomas Schäefer

El ministro de Finanzas alemán Thomas Schäefer apareció ayer muerto cerca de una vía de tren: el primer ministro Volker Bouffier dice que se suicidó por «la profunda preocupación» que le generaba la crisis económica que iba a venir. Los medios así lo están publicando. Sin embargo después de arquear un poco la ceja, lees el artículo y resulta que la Fiscalía considera él suicidio «causa probable», y que Bouffier tampoco tiene mucha idea de por qué lo ha hecho.

El relato queda muy redondo y muy impactante así, pero es muy probable que si este hombre se suicidó, la explicación no sea tan sencilla. Seguramente esto le viniese de bastante antes del coronavirus y la presión de su cargo y las expectativas hayan terminado de hacerlo sucumbir.