Welles baraja las cartas. “As de picas”. Falla. “As de picas”, de nuevo. Tampoco sucede nada. Su mirada parece implorar suplicante un milagro. Incluso los grandes hombres se desesperan, y pierden. RKO 281 es la crónica de varias batallas. Podríamos decir que el relato de una guerra. Una escaramuza es la que tiene lugar entre el protagonista y Hearst. Una refriega de mayor importancia es la pugna de un magnánimo editor contra sí mismo. Pero la gran batalla, la que decidirá el curso de la gran guerra que es esta película, es la que tiene como escenario el destino de Orson Welles, defendido por su propio espíritu casi inquebrantable, y atacado por las circunstancias adversas que rodearon a la precoz estrella.
No es casualidad que la magia, o los trucos de prestidigitador, tengan tanta presencia en el film. Welles, al margen de su faceta de artista multidisciplinar, si es que es posible dejar al margen esto, era un mago moderno. Alguien capaz de plantearse extraer la esencia de una historia, de un proyecto tan ansiado como su primera dirección tras ser aclamado como niño prodigio; de la debilidad de un ser deshumanizado como Randolph Hearst, el todopoderoso amo del cuarto poder en los Estados Unidos de la Segunda Guerra Mundial. La fantástica interpretación del veterano James Cromwell, lúgubre en su máximo exponente, en un plano en el que se aleja ataviado con su gabardina y sombrero de ala ancha negros, es de destacar. John Malkovich, como siempre, hace de comodín en una producción con olor a telefilm, pero con la suerte propia de un póker. Acertado también el protagonista, Liev Schreiber. El reparto en cuanto a personajes secundarios no desmerece el largometraje, que consigue convertir al espectador en corresponsal de los hechos, que tienen lugar en una época convulsa, a la par que fascinante.
Sin grandes alardes técnicos, aunque con buenos momentos del guión, una buena ejecución y un final de manual, RKO 281 cumple el papel al que aspira, servir de testimonio del proceso de creación de un hermano mayor, Ciudadano Kane. Ambas películas dentro de la familia que es la historia y filmografía del Séptimo Arte. Una significante, otra significado.
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