‘Estamos pensando en cambiar el nombre al bar, Cervecería Fox está bien pero Foxy Money estaría mucho mejor’; la que sigue es la historia de cómo y por qué un inmigrante senegalés de edad incierta -lo esconde pero está en la treintena avanzada- y un camarero y productor de trap español -que a duras penas llega al cuarto de siglo- fueron unidos por el universo y el top manta, los carajillos y las cervezas con cognac. Esta es la verdadera historia de Lory Money, la realidad tras el fenómeno en 480p.
Es un día soleado como otro cualquiera junto al Mercado Central en la ciudad de Valencia; varios vendedores ambulantes disponen su mercancía sobre el pavimento que conserva todavía el frío nocturno; hay de todo: bolsos Guchi, colonias de garrafón, pequeñas piezas de barro que simulan el canto de un pájaro y estrenos cinematográficos y musicales que harían revolverse en sus confortables camas viscoelásticas a Teddy Bautista y a Ramoncín.
Dara Dia no siempre fue Lory Money, en sus orígenes fue conocido como Lory Banks, por el rapero Lloyd Banks, cuyo primer álbum en solitario por cierto –The Hunger For More-, señalaba de alguna manera la actitud que desarrollaría nuestro protagonista posteriormente. Por entonces su vida era bien distinta a la actual, su primer tema, célebre por aquello de ‘hago Santa Claus’ -en alusión al gesto de recoger el saco y llevárselo de allí lo más rápido posible-, no es más que un testimonio de cuáles eran sus rutinas. Era famoso por su descaro entre mercaderes, comerciantes y vecinos, sí, pero también estaba en el punto de mira de la policía constantemente. Qué vueltas da la vida (yira, yira, que diría Gardel): una noche durmió en el calabozo y perdió toda su mercancía al ser requisada; años después, pasaría el fin de año en casa del mismo agente que le detuvo, uno más con su familia. Se estuvieron relacionando meses en un bar sin saber que ya habían coincidido tiempo atrás, hasta que hablando, el hombre cayó en la cuenta de que había sido él el responsable de su detención (true story). El hombre que encerró a Lory, afortunadamente para Youtube, no lo suficiente. Ahora son realmente buenos amigos.
Lory tenía la actitud, desde luego, pero hacía falta un catalizador. KillChris era camarero en el negocio familiar, un bar céntrico en el que ahora mismo, mientras espero a que lleguen, una pareja mayor de japoneses con rostros tranquilos disfruta de unos calamares y unas patatas con ajoaceite (¡nena!). La Cervecería Fox, a la que nos referíamos al principio, es un clásico de esta zona; el trasiego de idas y venidas para servir en la terraza fue haciendo que poco a poco Lory y Chris se conociesen, allá por el 2010. Un año después, veía la luz Santa Claus, que ahora mismo cuenta con la friolera de más de tres millones y medio de reproducciones. El siguiente paso fue ganar un concurso de una conocida marca de fartons, tras lo cual, apareció Supah Dupah, dedicado a un fin del mundo que finalmente, como en el cambio de milenio, no ocurrió. Y aquí hay que detenerse un momento porque ambos acaban de llegar, también el fotógrafo, que ve interrumpida su tarea por un pequeño grupo de fans que abrazan y saludan a Lory. Casi no pueden creerlo: ¡qué fuerte! -Dicen. Si llevan tiempo haciendo esa ruta probablemente se lo cruzasen en una infinidad de ocasiones. Tal vez incluso le comprasen algún álbum anunciado en televisión. Son adolescentes efervescentes, le quieren.
LolXDMafia al completo toma asiento: Suuuuu papi!, dice Lory (es su particular grito de guerra); Chris, más formal, ríe. Ya no trabaja aquí. Tampoco Lory. Todo por un meme. La imagen de una llama con una expresión estúpida e hilarante con un mensaje superpuesto que agitaba internet en ese momento: OLA K ASE. El resto es historia, al menos para ellos. Si bien su gran vídeo viral fue posible gracias también al trabajo previo, la aportación de Lory al fenómeno OLA K ASE fue determinante para su salto a la fama -una cualidad efímera y resbaladiza-. Casualmente el día del lanzamiento coincidí con ellos por la noche en una fiesta en un ático de una zona bastante turbia de la ciudad. Chris me lo enseñó en su móvil; cada vez que actualizaba, la cifra de visualizaciones ascendía varios cientos. En ese instante se vio venir lo que pasaría después. Me confesó -aunque suene a tópico es cierto, lo decía su cara de sorpresa-, que cuando se le ocurrió, no esperaba esa tremenda repercusión. Hasta aquella noche en enero de 2013 todo era un pasatiempo. Aún no sabían nada de famosos esnifando cocaína con un Lory Dollar enrollado, o de secretas dándole ánimos para que siguiese con su carrera. El Spanish Dream acababa de comenzar.
Si algo llama la atención de Lory Money al tenerlo delante es sin duda su especial habilidad para caerle estupendamente bien a todo el mundo; es cierto que hay gente que tal vez no haya sabido entender el humor de las canciones, incluso ha sido acusado de antiespañol por una minoría muy reducida por vídeos como el que hicieron a propósito del relaxing cup of café con leché (en la Plaza Mayor), pero la realidad es que, según dicen, nunca han tenido problemas con nadie. ‘Todo el mundo se ha portado siempre muy bien conmigo’ dice Lory, Chris asiente con la cabeza. Camareros, clientes, vendedores del mercado; todo el mundo que pasa cerca de nosotros le dedica algún saludo o broma. A raíz de la explosión virtual del OLA K ASE, comenzaron a contactar con ellos para entrevistas y conciertos, a estas alturas han rodado por todo el país, dicen que probablemente en Andalucía y Cataluña sea donde más se les aprecie: fue de hecho en Barcelona, en los X Games, cuando se produjo una de las circunstancias más inverosímiles y paradójicas de la carrera de Lory, que pasó de anunciar que vendía ‘más discos que 50 Cent’ -inclusive los del propio 50 Cent-, a actuar en el mismo evento que él.
¿Pero quién es Lory Money en realidad? Muchos han especulado acerca de si realmente es una campaña viral de alguna marca conocida, un producto de la industria, una maniobra comercial. Pero la verdad es que hasta conocer a Chris, su vida no fue demasiado fácil: ‘La semana siguiente al vídeo de Santa Claus la gente me estaba parando para hacerme una foto, la gente me decía, ¿eres Lory Money de Yotube? ¡Yo flipo! La gente me decía: vas a ser famoso y todo eso. Yo estaba vendiendo en la calle, viviendo en piso compartido con amigos, y todos eso, lo pasaba mal, de verdad, ¿sabes? Venía aquí, poniendo la manta, corriendo con la poli… Además los fans venían, para pedirme foto y todo cosas. Y yo aquí vendiendo ¿sabes?’. Me cuentan que por entonces, antes de grabar el primer hit, cantaba: ‘Me llaman Lory, soy una gente de Senegal, estoy aquí de momento pero la cosa está mal, para mí y para todos’. Ahora su situación es mucho mejor, no nada en la abundancia ni tiene una mansión en Senegal, pero ha podido dejar de vender sobre una manta.
Su familia sigue en Dakar, hace ocho años que no los ve. Le pregunto si allí son conscientes de todo lo que ha vivido y está viviendo en España: ‘Sí, allí tienen Facebook, ya tu sabes. Mi padre ha fallecido hace dos años ya, pero antes de fallecer él ha escuchado la canción de Santa Claus, antes del vídeo… ¡Y le molaba! Sí, sí, él dijo, ¡Lory Money! ¿Pero dónde está el money? Le dije, no hay money, pero luego vendrá padre, no te preocupes. Pero le molaba la canción, y me dicho, si tú lo tomas en serio, vas a llegar lejos. Y yo le digo, padre, no te preocupes, yo no estoy aquí para no hacer nada, yo lo voy a coger como trabajo, y así, ya verás. Me duele que antes de sacar el vídeo muriese’. Lo sacaron un diecinueve, un mes justo después de su fallecimiento. ‘La de Santa Claus ha petado y tal, pero hay algo más, te lo juro, el día que se lo he contado a mi padre, y la escuchaba y todo y le gustaba, me ha dado una sensación, y eso yo la veo, ¿sabes? Por eso yo no tengo ningún miedo de momento. Sé que si sigo en este camino voy a llegar siempre lejos’. Tal vez esta sea la clave de su simpatía o de su éxito, o de nada de lo anterior; en cualquier caso, le sirve como motor. De pronto nos interrumpen: ‘Perdona, ¿nos podemos hacer una foto? Es que los nanos están alucinando’. Una profesora de visita al casco histórico de la ciudad con su clase. ¡Claro! -dice Lory. Se hacen la foto. Le pregunto por su familia: ‘Tengo un hermano… Tres hermanas…’ ‘¡Una muy guapa!’, puntualiza Chris. Lory se ríe con su voz socarrona, ‘¡todas son guapas, sabes!’. También tiene dos hijas, de un matrimonio anterior. ‘Pero ahora estoy soltero, mujeres’, y guiña un ojo. Tiene mucho de sátiro.
Probablemente la pregunta que más se formulen todos aquellos que conozcan sus temas sea si es él quien los compone. La respuesta es un sí a medias. El proceso creativo es el siguiente: Lory y Chris se reúnen, hablan, surge una broma, la desarrollan, escriben entre ambos una canción. Luego Chris se encarga del resto de la producción. Tan sencillo como eso. ‘Sin presiones’, dicen, ‘todo en el mismo día casi siempre’. Ahora tienen varios proyectos pendientes: hay un acuerdo con un gran sello que ya veremos si funciona, un nuevo tema que como diría Lory: ‘es bien’; el trailer de una película que quién sabe si verá la luz algún día. Mientras tanto, ellos siguen viviendo: un inmigrante senegalés y un joven productor de trap de veinticuatro años. Comiendo unas costillas en salsa con unas cañas en la Cervecería Fox. La vida pasa tranquilamente alrededor y a través de nosotros. Es un día soleado, como otro cualquiera.
> Todas las fotos del reportaje son del fantástico Kike Taberner. Muchas gracias a él por este material, a Christian y a Dara por permitirme contar todo esto, y a la Cervecería Fox por su amabilidad, sus vaqueritos de whisky y las tapas que nos ofrecieron. Suuuu!
> Tras realizar este reportaje, salió el tremendo vídeo de Lory Money en Fallas. ¡No te lo pierdas!
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