Hijos de Asimov, ¡reuníos! Hay una nueva Meca, robótica e iridiscente, para los amantes de la ciencia-ficción en Valencia. Una cueva hi-tech cálida y familiar, una Nostromo aparcada en mitad del barrio de Ruzafa, en la calle Pintor Salvador Abril 29, en misión desconocida. Su piloto, Fernando, a todas luces extraterrestre (o cuanto menos extra-comunitario) por lo valiente de su apuesta, ha aterrizado dispuesto a llevar a cabo todo tipo de experimentos con terrícolas. Para ello, dispone de una gran selección de brebajes tras la barra de su bar con los que elevar al humano a un plano espiritual por muy bien precio, como los mojitos a 3€, o el 3×2 en cañas. Para comer una exótica oferta de manjares: dim-sum, pollo kaarage, hummus, quesadillas, guacamole, chipotle… recetas traídas de distintos puertos espaciales, del lejano y cyberpunk Japón, al misterioso México de avistamientos OVNI.
Sométete a un test Voight-Kampff para comprobar tu autenticidad mientras bebes una Judas viendo una buena película, en el apartado chill que es como el salón de tu casa. O bien teletranspórtate a una dimensión de píxeles mediante una recreativa con -literalmente- miles de juegos…gratis.
Si lo que quieres es llegar al viaje astral mediante la lectura y la meditación trascendental, tienes una biblioteca creciente repleta de joyas de la ciencia-ficción, entre ellas, la colección casi entera de la revista Nueva Dimensión. Encontrarás también una diana para comprobar tus habilidades jedi mientras una oveja azul custodia la entrada. La Fundación hace que la cantina de Mos Eisley se replantee su negocio; corren rumores de que cazarrecompensas, amantes del cómic, sicarios espaciales, escritores a sueldo, editores y demás escoria galáctica han abandonado sus puntos de encuentro de mala muerte habituales para mudarse al local de Fernando. Por si fuera poco, puedes llevarte tu computadora personal para trabajar allí mismo, ya que tienen zona Wifi.
Sumérgete en el futuro en esta cafetería alienígena, que además, está abierta a todo tipo de eventos y actividades culturales. Yo ya estoy planeando una jornada reptiliana para dentro de poco. Lo único que debes tener en cuenta es que los lunes cierra, al parecer, el propietario ha escogido ese día para su sueño criogénico semanal, en el que repara las partes orgánicas dañadas de su cuerpo en un cilindro de acero de soporte vital. El resto de días, las puertas están abiertas. La verdad no está ahí fuera, está aquí dentro, si quieres ser parte de ella, acude a la llamada.
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