Tengo comprobado -también en mis carnes- que lo que uno cree que es y lo define -soy muy exigente, tengo mucho carácter y todo eso- muchas veces tiene poco que ver con cómo es en realidad. Con las naciones pasa lo mismo: un anuncio de La Sexta habla del humor que nos caracteriza y no sé si el resto del mundo piensa que a un español lo caracteriza el humor, la verdad. Desde aquí dentro yo tampoco estoy muy seguro. Pasa lo mismo con ese mantra de «el mejor sistema sanitario del mundo»: el drama de los sanitarios vestidos con bolsas de basura no parece acompañar ese golpe en el pecho tan recurrente.
La verdad es que los informes de referencia no dicen eso. De hecho no aparecemos entre los primeros en ninguno de ellos -sí somos los primeros en trasplantes-. Que está bien dar ánimo a los profesionales que se la están jugando, pero no nos engañemos, que el autoengaño hace daño y nos impide mejorar.
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