Sigo con este juego demencial llamado Sexo a tu mente stories en el que mis contactos de Facebook me aportan una palabra/concepto/idea/desvarío, y con ella, yo elaboro una historia. Vamos por la cuarta entrega y mañana o pasado abriré nueva convocatoria. Lo estoy pasando francamente bien con esto, pese al estrés que supone incluir cuarenta aportaciones que en raras ocasiones parecen poder casar dentro de un mismo relato. Porque, ¿qué tienen en común ‘cachopo’, ‘buganvilla’, ‘uebos’, ‘retruécano’, ‘púlsares’, ‘mequetrefe’ o ‘zurcefrenillos’? Poco, aparentemente. Pero se pueden hacer cosas. De veras. Me preguntaron si quería peyote para escribir esta entrega. No ha hecho falta, aquí está la nueva infamia literaria. Mind fuck.
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