Como decía recientemente en Facebook, Jesús García Cívico es un pensador cuya erudición abruma, un sabio al que podrías encontrarte tranquilamente hoy en una librería conversando animadamente con la propietaria. Cívico es el autor de Una casa holandesa, (ego) aforismos en Word, poemas con auto reverse, uno de los libros más personales que he leído en los últimos tiempos, uno de los más honestos y más lúcidos. Aquí adjunto un fragmento de la entrevista que he tenido el placer de hacerle para el Hype. Os recomiendo que le peguéis un vistazo.
¿La casa holandesa es una edificación sólida y acabada, o puede haber reformas?
El destino de la casa es el destino de la casa Usher que es, en general, el de todas las casas: El derrumbe. La casa se agrietará y con el tiempo se desmoronará. Es decir, de una forma u otra, antes o temprano todos la vamos a palmar, todos nos vamos a desplomar. Uno de los hilos conductores de los últimos capítulos (el libro avanza desde el nacimiento a la muerte) es precisamente la conciencia de la finitud, algo de lo que al parecer no sólo no se habla en las escuelas sino que se desmiente tonta e inútilmente a todas horas.
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