EL CUERPO COLECTIVO. Crónica de la Casiopea Jam del 26 de diciembre

No sé si la camisa que he escogido está arrugada o si en el maletero llevamos todo lo que necesitamos, Sammy a mi izquierda tiene aspecto de rockstar y todo el vehículo huele a la torta de espinacas que llevamos los pasajeros del asiento de atrás apoyada encima de nuestras piernas, descansando sobre un cuadro rectangular que una pintora asiática regaló a Chema y que ahora hace las veces de bandeja; este tipo que ahora pisa el acelerador porque llegamos algo tarde -Chema- resuelve los conflictos a su manera. Una muy propia y efectiva.

Sammy Casiopea Jam Play
Sammy.

Llegando al barrio de Ruzafa, más de un año desde la última fiesta de estas características, hago un cálculo dramático del peor escenario posible al que se podría enfrentar el evento: ¿qué pasará ahora que ya no tenemos la inercia de antes? ¿Confía todavía la gente en el concepto Casiopea Jam? ¿Es realmente una buena fecha esta, justo tras Nochebuena y Navidad? Entonces Chema sube el coche a la acera y comenzamos a descargar, y nuestro enlace en Play Club resulta ser tremendamente amable y atento, y la gente -SL Ruiz, Kenny Ken, Calyce y sus Neo Souls, Droide- van haciendo acto de presencia y todos están concentrados pero felices, y poco a poco la preocupación disminuye y es cierto que un poco de whisky en el camerino ayuda también, por qué no decirlo, y cuando queremos reparar en ello ya está el público entrando y estamos preparados para encomendarnos al afán que tenga Valencia por apoyar la música en directo.

CJ & The Neo Souls
Calyce, de CJ & The Neo Souls
Casiopea Jam
Cinnamon & Cliff.
SL Ruiz Valencia
SL Ruiz.

Escucha, ya han entrado cincuenta personas, esto va francamente bien; y rápidamente ya no son cincuenta sino ochenta, y no conozco ni a una décima parte de los asistentes -buena señal-, la voz de Calyce sobrecoge y alrededor todos son miradas y comentarios de admiración -qué forma la de Sergio de cabalgar sobre una batería-, y lo mismo sucede con RichKeys, el combo estelar de de Sammy Supreme y Federico Zanetti, y todo el mundo disfruta la increíblemente festiva sesión de Holzwarth, y la jam session resulta ser un éxito musical y de participación, y Cinnamon y Cliff nos dejan a todos con la mente abierta presos del asombro y la sorpresa, y los MCs están dejándose la piel sobre la tarima, y mi camisa si está arrugada me importa francamente poco, hay que grabar todo esto porque mañana y en adelante querremos volver a vivirlo, y de pronto me llega la noticia de que hemos rebasado las doscientas entradas. Doscientas. La apuesta -algo parecido a un todo o nada- ha sido un acierto porque así lo han querido quienes llenan la sala.

Casiopea Jam
Nuestro increíble y supereficiente taquillero y amigo sosteniendo la entrada 200 que marcaba el hito.

Xino Gómez me dice que escriba una crónica de todo esto como las que antes escribía y llego a casa tras estirar la fiesta y bueno, no puedo verla ahora pero la constelación de Casiopea conforma una M de música en algún lugar del cosmos que debe tener cierto poder místico que desconocemos pero sentimos. Este influjo hoy se ha manifestado de nuevo y ha resucitado un cuerpo colectivo que grita estoy vivo, estoy vivo, dadme una guitarra, un bajo o un micro, dadme unos platos, dadme una garganta con talento para que pueda devoraros a todos. Para que pueda ser uno con vosotros.

Hey, ho, allá vamos. La fiesta acaba de empezar de nuevo.

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Comentarios

Una respuesta a «EL CUERPO COLECTIVO. Crónica de la Casiopea Jam del 26 de diciembre»

  1. […] ver si este vídeo o la crónica que escribí tras la fiesta abren el apetito a los indecisos y batimos la gran marca de dos centenares de asistentes. […]

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