doval mr pink

Mr. Pink

«En Valencia no se hace nada». Estoy harto de este tópico, que he podido escuchar en tantas ocasiones. En esta ciudad se hacen cosas interesantes, el problema es que no tienen difusión. Los medios locales tradicionales (Levante, Provincias), pocas veces se hacen eco o dan la cobertura necesaria a espacios como Mr. Pink, una galería ubicada en Guillem de Castro, 110. Yo he llegado a ella recomendado por la artista valenciana Irene Grau, y menos mal. Quienes me sigan sabrán dos cosas: una, que no soy un experto en pintura, dibujo y fotografía; dos, que me encanta el cyberpunk. ¿Qué tiene que ver el cyberpunk en esto? A continuación lo sabréis.

El hecho es que esta galería se encuentra extremadamente cerca de mi casa y ni la conocía. Esto es clásico en las ciudades, solemos movernos a toda velocidad sin prestar atención a lo que vemos. ¿Por qué no me había fijado en el nombre de este espacio, tan reservoir dogs? Nada más entrar, he percibido esa agradable sensación de estar a punto de ver algo bueno. La directora, María Tinoco, y un graciosísimo schnauzer negro han salido a recibirme. María es una persona agradable, atenta y temeraria. Esto último debido a lo difícil que es sacar un lugar como el suyo adelante, pero como ella me ha dicho, la finalidad, al margen de las ventas, es mostrar el trabajo de quienes allí exponen. En esta ocasión, tres artistas: Valero Doval (Hidden compositions), Leonardo Gutiérrez (Home Run) y Mickolaj Kownacki (RoboEvoRevolución).

Nada más entrar, encontramos el trabajo de Doval, una serie de collages sobre láminas que me evocan aquello de si una obra de arte llega a estar acabada alguna vez, o por el contrario puede estar sometida a los cambios que otros artistas deseen introducir, tema de especial vigencia en la actualidad a causa del Copyleft y sus variables. A continuación, en un formato mayor, salvo unas pocas excepciones, la obra de Gutiérrez, que mediante el concepto del home run del béisbol, aquellas pelotas bateadas con tanta fuerza que salen del estadio; explora espacios de distintas ciudades como Ámsterdam o Dubrovnik. La pelota de cuero funciona como un elemento ajeno al contexto, un factor externo que pervierte la solemnidad de una catedral, o la intimidad de una habitación del famoso Barrio Rojo.

doval mr pink

Subiendo unas escaleras llego a lo que más me ha gustado. La obra del checo Kownacki, consistente en una serie de trabajos que sirvieron para la pieza de animación que se proyecta en la sala, y que da nombre a su exposición. Sinceramente me ha fascinado. Lo mejor de la ilustración cyberpunk japonesa (Akira, Evangelion), con toques incluso al mundo metálico de Testuo, the ironman, todo aliñado con una BSO que me recordaba a uno de los primeros juegos que tuve en la GameBoy, el Probotector 2. No creo que sea una casualidad. Kownacki critica y satiriza, pero además perturba e incluso molesta. El engendro mecánico que surge del huevo primero es un insecto, luego parece la máscara de Donnie Darko, luego da a luz a un conejo y posteriormente ocurre de todo. Genial, repito. Para colmo, el precio de las obras expuestas no es nada descabellado, desde 250 euros. No me lo puedo permitir ahora mismo, pero desde luego no es una locura, ni mucho menos. Una combinación de trabajos a tinta, xilografía, litografía y acuarela digna de ser vista. Lo minucioso del trazo del checo es una muestra de que es heredero de los mejores del género. El detalle de este tipo de obras es espectacular, quien quiera acercarse al cyberpunk y entender a qué me refiero, que se agencie el cómic Hard Boiled. Tras terminar de ver todo, he hablado un poco más con María Tinoco y me he ido, satisfecho y convencido de que es necesario perderle el miedo a lo desconocido. Yo no soy, como comentaba, experto en esta materia, pero es tan fácil como visitar una galería como Mr. Pink y dejarse llevar. Y por supuesto ayudar a que tenga la difusión y el eco que merece.

mr pink Kownacki

En Valencia no se hace nada. Al terminar he dado un paseo y he encontrado, en dos minutos, propuestas interesantísimas. Pero de eso ya hablaremos en otros posts, por aquello de mantener la intriga. Lo dicho, Mr. Pink merece la pena, acércate y coméntame tus impresiones.

Bonus: Mr Pink en Reservoir dogs.


Comentarios

Una respuesta a «Mr. Pink»

  1. Ay, mejor ni te cuento como era lo de los juguetes en mi país y nada de Santa ni Reyes Magos. Por eso aquí no me pierdo poner un arbolito y seguir todos los inventos de los hijos de mis amigas.

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