¿Eres un mamífero bípedo que puede superar los dos metros de altura y sin embargo te aterroriza un insecto de unos cinco centímetros? No te preocupes, existe un nombre para tu cobardía: No eres un caguetas cualquiera, eres un muy digno blatofóbico.
Las cucarachas son ese tipo de ser vivo que tiene la capacidad de paralizar e inmovilizar a sus enemigos simplemente con su repugnante aspecto. Hay un gran consenso acerca de esta cuestión, la cucaracha no es bien recibida en ningún lugar. Sin embargo, pese a convivir con ellas a diario, sabemos muy poco acerca de este insecto. La mayoría de las veces nos dejamos llevar por leyendas urbanas que si bien tienen una base real, están en gran medida exageradas. En esta entrada nos centraremos principalmente en la cucaracha americana -que realmente procede de África-, esa roja y de gran tamaño que ha suplantado en casi toda la península a la oriental (la negra de toda la vida). Este simpático artrópodo llegó a nosotros por medio del transporte de mercancías, y encontró que era este un buen lugar para establecerse. Como buen colono, en primera instancia fue amable, pero posteriormente se encargó de desplazar todo tipo de competencia por los recursos. Las atónitas y ahora entrañables cucarachas negras se vieron obligadas a emigrar o perecer. La cucaracha alemana (que tampoco es alemana), la de los motores de neveras, cafeteras, etc., mucho más pequeña, también ha sucumbido a la invasión. La cucaracha americana no hace prisioneros, y no está dispuesta a compartir su putrefacto pastel con primas lejanas. Suele instalarse en lugares húmedos y oscuros, y se encuentra especialmente cómoda en temperaturas alrededor de los 29º. Por ello, el alcantarillado de las ciudades costeras (aunque no únicamente estas), es una especie de Jardín del Edén para estos animalillos. Pueden vivir casi un año y medio y traer al mundo muchos centenares de retoños en este tiempo. La hembra es más grande que el macho, y puedes distinguirlos porque a esta no le sobresalen las alas del abdomen. Su dieta se basa en prácticamente todo.
Si bien son bichos bastante fascinantes, no son indestructibles. Simplemente, saben adaptarse muy bien a distintos entornos. Entre la mitología existente, es común creer que serían los únicos supervivientes tras un apocalipsis nuclear. Esta teoría es estéticamente muy apropiada para la literatura cyberpunk, pero no es real. La cucaracha puede soportar una dosis de radiación de seis a quince veces superior a la que podemos aguantar nosotros, pero no es ni tan siquiera uno de los seres con más resistencia. Hay moscas y avispas que soportarían mucho más, por no hablar de determinadas bacterias que nos dejarían a la altura del betún. También es frecuente aquello de que pueden vivir sin cabeza. La realidad es que su sistema circulatorio abierto, su sistema nervioso consistente en ganglios repartidos por el cuerpo, y su sistema respiratorio basado en aperturas, hacen que no se desangren o asfixien, y por tanto, puedan sobrevivir un tiempo limitado. Pero te garantizo que no son felices en este estado.
Si algo ha generado antipatías hacia ellas es su impertinente obstinación por no dejarse matar. ¿Quién no ha vivido esa sensación de impotencia, cuando tras perseguir a una cucaracha (bien para acabar con ella, bien para atraparla y expulsarla) esta se ha zafado de nosotros con una facilidad insultante? No es casualidad, es que están preparadas para darte esquinazo a la mínima. Su cuerpo posee una gran cantidad de sensores de movimiento naturales, detectando cualquier cambio en el viento o vibración en el suelo, que estimulan la huida. Además, la cucaracha americana puede correr a 1,5 metros por segundo, siendo el Usain Bolt de su familia. Trasladado a la escala humana, sería como correr a 320km/h. En los enlaces adjuntos al final hay una muestra a cámara lenta de una de sus técnicas de escapismo.
Tanto la literatura, como el cine e incluso el teatro, han empleado a la cucaracha como musa en infinidad de ocasiones. Gregorio Samsa se transformaba en un insecto sin identificar, pero bastante parecido a una cucaracha en La metamorfosis, de Kafka. En el cine, multitud de alienígenas son extremadamente parecidos a ellas, desde los extraterrestres insectoides de Starship Troopers al malo de Men in black, pasando por los muy terrícolas seres de la genial Mimic. La primera obra teatral de Lorca, El maleficio de la mariposa, incluía cucarachas (también conocidas como curianas) entre sus personajes. La obra fue un fracaso total, que por suerte, no desanimó al autor.
Para concluir este breve repaso al inquietante universo de los blatodeos, me gustaría añadir que aunque nos resulten asquerosas, somos nosotros quienes hemos propiciado que se multipliquen de forma masiva y erótico-festiva en el subsuelo de nuestras ciudades. La gigantesca cantidad de basura que generamos es un paraíso para ellas, que al final, no son más que unos pobres hexápodos necesitados de comprensión. Ellas son las que corren peligro en tu presencia, no tú, así que don’t panic!
Relación humano-cucarachas (caso páctico) –Viñeta extraída de El Jueves–
Todo lo que nunca quisiste saber sobre las cucarachas:
–101 curiosidades sobre las cucarachas.
–Colonización del norte de España.
–Carrera aleatoria para escapar.
And… Imágenes retro sacadas de la fantástica Modern Mechanix.
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