La puerta del piso de Chema no ha vuelto ser la misma desde que unos delincuentes asalta-casas de medio pelo la vejaron y forzaron para poder entrar a revolver la ropa interior de mi amigo. Todavía quedan restos del polvo que la policía científica esparció sobre la maltrecha madera para detectar huellas, y la mirilla es como un molinillo que crea serias dificultades para ver la cara del recién llegado tras el umbral. He llegado sobre la bocina, los conciertos comienzan a las nueve, y sé que hay que ser puntuales si queremos evitar conflictos con los vecinos. Dentro, el ambiente es efervescente. La primera edición en Valencia del concepto de fiestas homemade Sofá Underground, está a punto de arrancar.
Entro tímido y veo a bastantes personas que no conozco. Hay cámaras, muchos instrumentos y un considerable caos sobre la cama de grandes dimensiones del propietario. El mueble bar se ha desplazado al dormitorio, y todo tiene un halo de club nocturno fascinante. Hay una comida deliciosa a cambio de la voluntad que ha hecho Natalia, la gente fuma en la ventana para no cargar el ambiente, María extiende una cerveza a uno de los músicos y alguien dispara una cámara cerca de mí. Saludo a Chema, uno de los artífices de esta prometedora noche, y también a Beni, que está montando su equipo de grabación de sonido. En el otro extremo de la casa está Julia, concentrada sobre una libreta panorámica que ha inventado, en la que capturará su visión del acontecimiento. Jacobo aparece – el segundo artífice – y aprovechamos para hacernos nuestra ya clásica foto, esta vez con special guest.
Unas pruebas de sonido y Arcana Has Soul entra en escena. Chelo, violín, guitarras, percusión, y la voz de Lourdes, todo tirando de nosotros y arrastrándonos a un mundo propio de folk otoñal. Agradezco el buen gusto de traer una mandolina y un ukelele, de veras. Ella lleva un vestido con pájaros y una amplia sonrisa, y baila y se nota que siente pasión por lo que hace; el violinista, de aspecto socarrón, bromea con alguien del público, pero eso no le impide transportarme a un pasado celta que siempre he creído tener. Can’t you feel it me atrapa y todos coreamos el nanananana queriendo o sin querer. Where is the line tiene un punto oriental que me seduce, y Women’s blouse, cuyo título coincide fonéticamente con el alma de blues de la canción, emana melancolía de taberna. Termina la actuación y todos aplauden eufóricos. Han puesto el listón bien alto.
Una pausa para consumir víveres y llega Wayne, de los que a priori, me encanta el nombre. Antes de que empiecen ya sé que me lo voy a pasar bien, se nota. Sentado en el suelo, veo cerca unas zapatillas de ir por casa con la cara de un husky por adorno. No me hace falta seguir mirando, sé de quién son. Esto es sofá y underground en estado puro. Estoy seguro de que conozco al cantante pero no sé de qué. No me da tiempo a discurrir dónde hemos coincidido porque con La línea divergente me cuesta no levantarme y ponerme a bailar. Miss Arizona es un hit y tiene momentos cumbre como aquello de con sus tacones/ cierra las bocas, de sus rivales o vino barato/kilos de polvo en sus zapatos. Acto final borda el ambiente circense en torno al cual gira, y transmite ese latir tragicómico y grotesco que tiene muchas veces la vida. Han dejado un sabor de boca estupendo a todos, estaremos pendientes de ellos en adelante.
Todo ha transcurrido en perfectas condiciones y sin incidentes, el apartado musical de Sofá Underground Valencia ha sido un éxito, y el factor humano ha sido sin duda determinante. Los músicos de ambas bandas se relajan, beben, charlan con la gente, recogen sus instrumentos y se empieza a ver la luz al final del camino en la habitación del anfitrión. Poco a poco vamos quedando solo los de siempre, y entre movimiento de muebles y recogida de desechos se dan varias anécdotas memorables. El reggae nos posee, se crean nuevas palabras a proponer a la RAE, y SL Ruiz encuentra el leitmotiv de su próximo trabajo. Creo ver a Hunter S. Thompson en el fondo de una botella de ron. Esta fiesta tiene una nueva cita en diciembre. Puede que coincida con el apocalipsis.
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