El espíritu del tiempo. Eso es lo que significa Zeitgeist, término que seguramente ya hayan oído en alguna ocasión, si no son ya participantes de este movimiento. Tal vez les suene de aquel primer documental en el que se ofrecían visiones alternativas acerca de lo acaecido durante los atentados contra las Torres Gemelas, además de contar una serie de verdades sobre la religión y sobre el funcionamiento de la economía a escala mundial. Posteriormente vino Addendum, en el cual se explicaba el funcionamiento del sistema monetario y de mercado, y se hablaba de las instituciones corruptas que trabajan impunemente en nuestra sociedad. El sábado 15 tuve la ocasión de asistir al estreno mundial de Zeitgeist: Moving Forward, la tercera película de Peter Joseph, que en Valencia fue acogida por el Centre Cultural de Picanya.

Muchos de los que allí asistimos estamos cansados de oír el apelativo conspiranoico a la mínima que intentas reflexionar sobre hechos nada secretos. Por citar algunos ejemplos, que las grandes compañías privadas que gestionan las cárceles en EEUU cotizan en Wall Street, y que para obtener beneficios necesitan tener un gran número de reos (imaginen lo que esto significa); que es un hecho que los hidrocarburos están al borde de desaparecer y que sin embargo seguimos promocionando la adquisición de vehículos de gasolina a tutiplén, en lugar de potenciar el transporte público y las nuevas energías como combustible; que es un hecho que los aparatos electrónicos (véase ipods, portátiles, videoconsolas, electrodomésticos) se estropean tal como acaba la garantía sin más, y que curiosamente la reparación es más cara que adquirir uno nuevo (con el consiguiente gasto de recursos que supone estar fabricando constantemente objetos compuestos por materiales ciertamente escasos). Esto último es lo que se conoce como la obsolescencia programada, es decir, fabricar algo con el fin de que se estropee pronto y haya que adquirir otro. ¿Conspiranoia? ¿A quién no le ha ocurrido esto? Es vox populi. Y además tiene mucho sentido, en un sistema basado en el consumismo más exacerbado no tiene sentido crear productos que perduren en el tiempo. Recientemente apareció un documental en La 2 que causó un gran revuelo que hablaba acerca de este fenómeno. Los recursos del planeta son por definición finitos, sin embargo, no paramos de producir y producir objetos defectuosos y mediocres, mientras asimilamos el mensaje que nos llega de todos los medios que legitima este funcionamiento y nos alienta a gastar en lugar de reparar. Gastar dinero y gastar en preciosas materias primas. ¿Se imaginan una empresa que fabrique medias que no se rompan? La lógica capitalista dice que sería una aberración. Pero hay alternativas a esta perversión. Otro ejemplo del documental, explicándolo de forma sencilla: Cosideramos el PIB como medida del bienestar de una sociedad. Pongamos que el PIB ha aumentado significativamente, y que el 20% (cantidad nada desdeñable) del mismo proviene de la industria sanitaria. A priori el bienestar de la sociedad debería haber crecido, según lo que entendemos habitualmente. Pero para que la industria sanitaria suponga este porcentaje del producto interior bruto, ¿qué tiene que ocurrir? Que haya una gran cantidad de enfermos. ¿A mayor número de enfermos mayor bienestar de la sociedad? Lo dudo.

Moving Forward plantea todas estas cuestiones, explica el funcionamiento y las injusticias del corrupto sistema financiero, monetario y de mercado, la automatización de la producción que va a generar cada día más desempleo y a la que no nos estamos adaptando correctamente,  la violencia estructural del sistema que genera una infinidad más de muertos al año que la violencia conductual de los individuos (mata más cada año el hambre y las enfermedades con cura que no se tratan, que las armas), y lo que es más importante de todo, ofrece una alternativa. El proyecto Venus, basado en las teorías de Jacque Fresco, que tienen origen en los años 70. Fresco es un diseñador industrial pionero en la ingeniería de los factores humanos, que escribe y presenta conferencias sobre temas que abarcan desde el diseño holístico de ciudades sostenibles, hasta la eficiencia energética. El sistema que propone se basa en la optimización de los recursos, en la preservación del medio ambiente, en la integración de tecnologías ya disponibles, en la durabilidad de los productos de consumo, todo con el fin de garantizar una existencia para el ser humano sostenible y respetuosa con el entorno.

El documental, con una duración de casi tres horas, tiene el mérito de no quedarse únicamente en la crítica, ofrece una posibilidad, otra vía, a la que visto lo visto, y cautivado por su planteamiento, me adscribo. Se le pueden poner objeciones, se puede mejorar, sí, desde luego, ese es el fin mismo del Movimiento Zeitgeist, participar, colaborar, aportar. No se trata además de encorsetarse en un -ísmo. Zeitgeist y el Proyecto Venus huyen de la catalogación, del partidismo. Ellos proponen, instan a las personas a trabajar por un futuro más viable que el que parece que estamos creando. Además, merece la pena ver el último trabajo de Peter Joseph simplemente por la calidad de sus entrevistados, todos expertos en sus respectivas materias y con opiniones que pocas veces tendremos la posibilidad de escuchar.

A partir del día 25 se podrá ver gratis en la Red, y el 26 comenzaremos a proyectarlo en el Nueve Reinas Pub, seguramente en dos partes, una ese día y otra el siguiente miércoles. Les animo a todos a que lo vean, pero cuidado, absténganse estómagos agradecidos, puede provocarles gastroenteritis.

 

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