Vociferio ha vuelto un año más y se ha ido quemándome a 451ºF. Pero este ha sido un arder placentero, un quemazón de libro y poesía, una ignición que se ha asentado y crepita como las brasas de una hoguera alimentada con ejemplares de novela negra. Un año más, Alicia Es. Martínez Juan y Raúl Lago, de El Dorado y la Sala Carme Teatre, se han atrevido a convocar un evento que juntase a editores, poetas, escritores y performers; un escaparate donde mostrar qué se está haciendo al margen de la gran industria. Y un gran número de ellos hemos respondido a la llamada. Los espacios para tal aquelarre han sido La Nau, la Sala Carme Teatre, el Pub Bigornia y La Protectora Teatro. He contado de nuevo con la compañía 24/7 de mi amigo Iván Vergara, de Editorial Ultramarina (Cartonera & Digital), que además de consumir mis víveres y ocuparme un modesto sofá, me ha enseñado nuevas dimensiones de su proyecto, que es a la vez vital, editorial y universal. De él siempre extraigo algún aprendizaje necesario, y cómo no, muchas risas.
Este Vociferio ha sido también el de conocer en profundidad a Aldo Alcota, poeta y tipo cojonudo, perteneciente al colectivo Simultaneísta, una gente ante la que me quito el sombrero por su compromiso con sus respectivas obras poéticas. Seguro que hacemos algo juntos tarde o temprano. Mención especial para Sara y Cisco, del sello Aristas Martínez, unos verdaderos artistas de la edición a los que envidio de una forma insana y corrupta, ellos son los artífices de la Black Pulp Box, una caja explosiva que todos deberíamos pedir por nuestro cumpleaños. No puedo olvidar tampoco a Román PC y a Susana Do Santos, poeta e ilustradora, ambos encantadores y autentiquísimos. Por cierto, Román presenta su libro Epitelios el día 30 en el Café Museu, cuyas cubiertas ha hecho Susana y ha maquetado David Trashumante, otro peso pesado de este sector al que tener en cuenta. No quiero dejar sin homenaje a Carles, de Ube Efe; ni a todos los demás con quienes he convivido este viernes y jueves, como Tarha, de Elefante Rosa, o mis compañeras de mesa de Lalata. Me ha acompañado también el incansable Carlos Lopezosa, autor de Animal Omega y gran amigo; así como los compañeros de tertulia literaria en Imprevisual (del fantástico Arístides).
Este Vociferio, ha sido, por supuesto, el de la presentación de Palabras en el yunque, de Lola Mascarell, a la que acudió tanto público que superó todas las expectativas. Muchísimas gracias por asistir y por vuestro apoyo a Editorial Cocó. Pronto veréis vuestros relatos en librerías, en cuanto reponga todos los que os llevasteis. Para terminar, un abrazo a Abelardo Muñoz, autor de Gas ciudad y Macabro, un escritor al que admiro profundamente y con el que compartí momentos únicos, recuerdos que servirían de materia prima para los mejores relatos de no ficción. Acabo (ahora sí), agradeciendo a mi pareja, María del Plata Bertasi, su paciencia e implicación con todo lo que hago. Sin ella -y no es un tópico- no sería posible materializar tantas ilusiones.
Próximamente tendréis más Cocó, en Sevilla, de mano de la antología elaborada por Salvador Reyes, el 50% indispensable de esta casa pensada a orillas del Atlántico; y en Valencia, con La Risa perfecta, de Otto Wolfski; así como muchas más novedades. A vociferar todo lo que se pueda.
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